jueves, 27 de marzo de 2008

Juan Carlos Chirinos: “Mi principal herramienta creativa es la curiosidad.”


1) ¿Qué es para ti la creatividad? Si te niegas a responder ya sabes lo que te puede pasar.

La creatividad es eso que supuran los dedos mientras miramos la pantalla o el papel; es el detrito hermoso de la memoria.


2) En tu caso particular, ¿a qué suena la creatividad? Ponle una música y súbele al volumen.

En cada caso, suena distinto: yo escojo cómo va a sonar la creatividad en el momento en que dejo que se desparrame en la hoja en blanco y se convierta en las letricas que se suceden de izquierda a derecha, como hormigas hermanitas que fueran juntas a buscar alimento en el universo de la nada.


3) Cuando escuchas o piensas en la palabra "creatividad", ¿qué imagen precisa se te viene a la cabeza (color, sabor, aliento, textura de pelos, etc)?

Dedos que no paran.


4) ¿Te ocurren bloqueos creativos? ¿Te caes a trancazos con ellos? ¿O esperas que pasen como vacas que se atravesaron en el camino?

Cuando no quiero o no puedo o no sé o no deseo escribir, hago lo único que considero sensato: leer.


5) ¿Tienes alguna herramienta creativa bajo la manga? ¿O varias? Desarrolla y no te quedes en lo monosílabos.

Mi principal herramienta creativa es la curiosidad. Quiero leerlo todo, escucharlo todo, probarlo todo, hacerlo todo. Y dormir. Quiero dormir. Porque el sueño es la fuente de lo creativo.


6) ¿Cómo asumes el error creativo? No te equivoques en la respuesta.

¿Qué? ¡El creador nunca se equivoca! Puede carecer del don de la oportunidad, pero nunca se equivoca. 150 millones de años de dinosaurios así lo demuestran.


7) ¿Existe el “odio creativo”? ¿Se puede crear desde el “odio”?

Es la parte de atrás del amor creativo: son como esas antinomias tan famosas de Saussure: cortas una, cortas la otra, como los lados de una hoja de papel. Y no sólo se puede crear desde el odio, muchas veces se debe crear desde el odio. Pero eso es harto difícil y despilfarrador, ya lo advirtió Baudelaire a los jóvenes poetas.


8) ¿Se sufre o se goza cuándo se crea? ¿O se sufre pero se goza?

Yo gozo siempre. Incluso cuando la ansiedad me paraliza.


9) Horacio Quiroga dijo que no se debe escribir -tomémoslo por crear- bajo el imperio de la emoción. ¿Piensas que esa frase es una sandez o hay que enmarcarla?

Jorge Manrique demostró que se puede; Novalis estaba orgulloso del dolor; pero hay mucho escritor por ahí que cree que se escribe para deshacerse de la emoción, y ahí es cuando vienen los desastres. Cuando escribes bajo la influencia de la emoción debes estar consciente de que no la estás conjurando sino que le estás dando más poderes.


10) ¿Qué piensas del cine, del cómic y de la televisión como fuentes de inspiración?

¿Qué voy a pensar, si he crecido con eso, y es parte de mi vida cotidiana? Pues eso. Que forman parte de mi universo, el de mis contemporáneos y, sobre todo y muy importante, no es mejor ni peor que el que tenían Fra Angélico, Polignoto o Leonardo.


11) ¿Qué tan importante es la gaveta en el trabajo de un artista? (La gaveta, no el clóset.)

Fundamental. Debe abrirse y cerrarse todos los días. Y siempre tiene que haber un preso cumpliendo cadena perpetua.


12) ¿Qué tan importante es la investigación para tu trabajo?

En ocasiones, mucho. Si quiero saber lo que voy a decir de un galgo español, necesito verlo, tocarlo, saber qué piensan de él, saber de qué color es la lengua de un galgo y qué lo puede matar. Y probablemente haga toda esa pesquisa para mencionarlo de pasada en un brevísimo cuento; o para divertirme un rato.


13) ¿Eres un inconforme de tu obra?

Generalmente le voy perdiendo el gusto a lo que escribo conforme pasan los días. Pero trato de hacerme el loco y no tomarme demasiado en cuenta. Pero siempre con sospecha y mala intención.


14) ¿Crees en el “maestro” sobre todas las cosas? En caso afirmativo: ¿Quiénes son esos tipos, con nombres y apellidos?

El gran maestro es el libro mismo. Allí está todo. El gran templo es la Biblioteca Nacional. El que quiera aprender a escribir, que lea. Eso sí, si no sirve para escribir ya puede leerse toda la Library of Congress y la colección Arcaya, que de nada le valdrá.

En mi (lectora) vida personal vuelvo todo el tiempo a la obra de los siguientes maestros: José Balza, Umberto Eco, Neil Gaiman, Ken Follet, John Fante, Stephen King, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Felisberto Hernández, Mike Carey, Plutarco. Y oscilan otros autores, que van y vienen, como Amélie Nothomb, William Saroyan, Thomas Wolfe, Franz Werfel, Jean Ray. Por cierto estoy leyendo poca o nula poesía. No sé por qué. Creí haber dicho que leía de todo y sentía curiosidad por todo. Debe de ser pereza.


15) ¿Cómo se refleja tu biografía en tu trabajo?

La verdad es que no lo sé. Supongo que continuamente. Lo que leo es parte de mi biografía, también.


16) ¿Toda obra debe ser uniforme? ¿O puede y debe ser un producto heterogéneo en constante experimentación? (Nos pusimos serios, sí).

El gran libro está bruñido. Don Quijote de la Mancha es imperfecto, tiene rugosidades, flecos y eso la hace más hermosa. Como el Poema de Mio Cid, como Cien años de soledad, como los cuentos de Chesterton. Como la prosa de Carver. Son «máquinas imperfectas», y uso la expresión de Juan Carlos Méndez Guédez.


17) ¿Qué piensas de los artistas que crean para “calificar” dentro de las corrientes del momento?

Que son unos imbéciles.


18) ¿Cómo sería para ti una muerte muy creativa? (Se valen imaginarias o alguna donde hayas participado).

La última palabra de una novela que atraviesa (y espachurra, y revienta y tritura) la cabeza de la protagonista, porque ya se sabe que el tema más poético de todos, lo enseñó Poe, es la muerte de una mujer hermosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo gozo siempre. Incluso cuando la ansiedad me paraliza.