jueves, 27 de marzo de 2008

María Celina Nuñez: "La muerte creativa sería el triunfo de la enfermedad."





1) ¿Qué es para ti la creatividad? Si te niegas a responder ya sabes lo que te puede pasar.

La creatividad es la facultad, o el acto que no es lo mismo, de producir a partir de un elemento o situación corrientes, un texto nuevo con una significación nueva. Y me refiero, al decir texto, a todo conjunto de signos con un significado preciso, que puede ser verbal pero también visual, auditivo, etc. Por cierto, ¿qué me hubieran hecho si no contesto esta pregunta? Respondan, lo que es igual no es trampa.


2) En tu caso particular, ¿a qué suena la creatividad? Ponle una música y súbele al volumen.

Para responder esta pregunta he sido obediente y ya está sonando Che Che Colé con el insuperable Héctor Lavoe. (Entre paréntesis: ¿hubiera sido más conveniente poner La historia de un soldado de Stravinski?).

Creatividad me suena a libertad. Estoy pensando que algún purista (porque yo a veces lo soy) podría decir que el arte es serio y la creatividad es frívola (al menos la creatividad sin apellido).

A mí la palabra creatividad me suena a Easy going. Como escribir con la mano derecha mientras con la izquierda sostienes un buen tabaco. Creatividad me suena Light. A final feliz. A mancha de sangre borrada a tiempo por una esponja oportuna. En ese sentido, la creatividad no sería un sinónimo de arte, bien porque no lo alcance, bien porque lo exceda.


3) Cuando escuchas o piensas en la palabra "creatividad", ¿qué imagen precisa se te viene a la cabeza (color, sabor, aliento, textura de pelos, etc)?

Indiscutiblemente pienso en un monólogo propiciado por un buen tabaco de marihuana.


4) ¿Te ocurren bloqueos creativos? ¿Te caes a trancazos con ellos? ¿O esperas que pasen como vacas que se atravesaron en el camino?

Me ocurren y no me ocurren. Depende del tipo de escritura. Afortunadamente no son frecuentes. Me caigo a golpes con la escritura y, si nada sucede, dejo las vacas pasar. Eso me recuerda cierto texto del que he escrito versiones a lo largo de años y no pasa nada. Hasta el momento su única virtud es que permanece inédito.


5) ¿Tienes alguna herramienta creativa bajo la manga? ¿O varias? Desarrolla y no te quedes en lo monosílabos.

Aquí los monosílabos son la única opción: no tengo.


6) ¿Cómo asumes el error creativo? No te equivoques en la respuesta.

Lo asumo como una fase natural en el proceso de la escritura. Es parte de la reescritura.


7) ¿Existe el “odio creativo”? ¿Se puede crear desde el “odio”?

Creo que hay gente que escribe desde el odio: no otra cosa puede pensarse del capítulo inmoral que Carlos Sandoval dedica a la obra de Juan Antonio Calzadilla en uno de sus libros. Hay otro caso, esta vez una noveleta en la que figuraban los personajes con sus nombres reales en una vendetta de despecho, cuyo autor no menciono porque, después de rebotar en varias editoriales, finalmente no fue publicada. Son dos casos que me impactaron en su momento y que me vienen a la mente ahora. Estos son ejemplos de que sí se puede crear desde el odio. Hay quienes pueden y quienes no. Yo no puedo: me parece un desperdicio.


8) ¿Se sufre o se goza cuándo se crea? ¿O se sufre pero se goza?

Se sufre y se goza. Los sentimientos se revuelven, los personajes nos poseen, las metáforas se proyectan como alucinaciones. Se sufre mucho y ahí, justamente allí, está el goce.


9) Horacio Quiroga dijo que no se debe escribir -tomémoslo por crear- bajo el imperio de la emoción. ¿Piensas que esa frase es una sandez o hay que enmarcarla?

Yo escribo bajo el efecto de la emoción pero reescribo y corrijo de un modo muy racional. Mis breves notas sobre cómo escribir no siempre coinciden con el magnífico Decálogo de Quiroga.


10) ¿Qué piensas del cine, del cómic y de la televisión como fuentes de inspiración?

Me parecen tan válidas como cualquier otra forma de producción cultural. Ni más ni menos. En mi caso, el cine y la fotografía me influyen mucho.


11) ¿Qué tan importante es la gaveta en el trabajo de un artista? (La gaveta, no el clóset.)

Importantísimo. El reposo, la desconexión, son indispensables para la madurez del texto. Aunque sé de autores que no corrigen ni dejan reposar y se sienten bien con los resultados. Creo que el asunto se trata de un tempo interior que varía según cada quien.


12) ¿Qué tan importante es la investigación para tu trabajo?

Yo no diría la investigación exactamente pero la lectura sí porque va formando una base de forma fondo, como dice la Gestalt, y, así, la creación va generando sus propios parámetros (los de cada obra, los de cada línea, los de cada autor). Yo entiendo la lectura como un arqueo (que es la primera fase de la investigación) y no separo lectura de creación. Creo, por otro lado, que la lectura, el buen lector, lleva a cabo un arte de creación cuando se compenetra con la lectura, cuando hace propio un texto, cuando incorpora su subjetividad y deja de ser un receptor pasivo.


13) ¿Eres un inconforme de tu obra?

Sí y no.


14) ¿Crees en el “maestro” sobre todas las cosas? En caso afirmativo: ¿Quiénes son esos tipos, con nombres y apellidos?

Creo en los maestros. Al menos yo tengo los míos: Victoria de Stefano, el chileno Sergio Parra, Anne Sexton, Dostoiewski, Emily Dickinson, Herman Melville y, por encima de todos, Djuna Barnes.


15) ¿Cómo se refleja tu biografía en tu trabajo?

Se refleja mucho. Mi literatura es fundamentalmente autobiográfica. Yo entiendo la escritura como un acto de exposición cuyos únicos límites son los del arte que, creo yo, no tiene límites.


16) ¿Toda obra debe ser uniforme? ¿O puede y debe ser un producto heterogéneo en constante experimentación? (Nos pusimos serios, sí).

Creo que debe ser una constante exploración de caminos y, tal vez, muchas veces muestre que diversos caminos llevan al mismo lugar.


17) ¿Qué piensas de los artistas que crean para “calificar” dentro de las corrientes del momento?

Que son estúpidos.


18) ¿Cómo sería para ti una muerte muy creativa? (Se valen imaginarias o alguna donde hayas participado).

Para mí la enfermedad siempre está presente y desde ella escribo. La muerte creativa sería el triunfo de la enfermedad.

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